El río Salinas es el corredor ribereño dominante a lo largo de la costa central de California, ya que la cuenca drena aproximadamente 4.600 millas cuadradas de tierra en los condados de Monterey y San Luis Obispo. El río nace en el Bosque Nacional de Los Padres, en el centro del condado de San Luis Obispo, y su cabecera comienza en la cordillera de La Panza y fluye hacia el noroeste a lo largo de 152 millas a través del valle de Salinas hasta desembocar en la bahía de Monterey, cerca de Marina. El valle está enclavado entre dos conjuntos de cordilleras, la de Gabilan al este y la de Santa Lucía y la Sierra de Salinas al oeste.
La cuenca incluye 200.000 acres de agricultura de regadío. El clima templado y el suelo profundo y rico del Valle de Salinas han creado una industria agrícola con sus tierras productivas a las que se denomina la «Ensaladera de la Nación». La mayor parte de la lechuga, el brócoli, las alcachofas, las fresas y la coliflor de Estados Unidos se producen en el Valle de Salinas. Esta región de cultivo intensivo a lo largo de 100 millas del río Salinas es la piedra angular de la economía local. Además de proporcionar la recarga del acuífero para el agua de riego de la próspera industria agrícola del condado de Monterey, de 4.500 millones de dólares, el río proporciona un valioso hábitat para los peces y la fauna.
Tal y como lo describió John Steinbeck en «Al este del Edén», el río Salinas se experimenta sobre todo como una colada seca y arenosa que puede desbordarse e inundarse intensamente en los grandes inviernos, lo que ha supuesto un reto para quienes se han asentado e intentado ganarse la vida en el valle. Tras un siglo y medio de conversión del fondo del valle a usos agrícolas y urbanos, el corredor ribereño del río Salinas se ha estrechado significativamente en algunas partes del valle y el hábitat de las riberas se ha visto afectado por la necesidad asociada de mejorar el control de las inundaciones del propio canal para proteger las viviendas y las tierras de cultivo adyacentes.
Estos cambios, junto con la escorrentía urbana y agrícola, han afectado a las especies autóctonas de peces y fauna silvestre, así como a la calidad del agua. Entre las especies silvestres en peligro se encuentran la rana de patas rojas de California (Rana aurora draytonii), el vireo menor de Bell (Vireo bellii pusillus) y la trucha arco iris del sur (Oncorhynchus mykiss). El río Salinas y sus afluentes han sido designados por el Servicio Nacional de Pesca Marina como hábitat crítico para la trucha arco iris.
Eliminación de la maleza y mantenimiento de los arroyos
El hábitat y la disponibilidad de agua también se ven comprometidos y amenazados por la tercera mayor invasión de la maleza nociva Arundo donax, que primero se plantó para proteger las orillas del río de la erosión, pero luego invadió también las tierras del fondo del río. El Arundo es una hierba perenne agresiva no nativa que en 2008 había invadido aproximadamente 2.000 acres del río Salinas, formando enormes monocultivos sin prácticamente ningún valor alimenticio o de hábitat para la fauna nativa.